Fachada del Cine Rena. Foto de los años 60
Actualmente el edificio donde estuvo el Cine Rena, alberga un Almacen Gollo
A ver niños en orden, levanten la mano los que conocieron el cine Rena en Desamparados.
Anécdotas de este cine hay montones. Cuenta el historiador Enrique Gómez Ross que al cine Rena le decían Rex Na, y de de forma irónica DOVOSAN: "Donadores Voluntarios de Sangre", debido a la cantidad de pulgas en los asientos.
“Había un asiento que todos rechazaban, porque al frente tenía un poste o columna, que lo obligaba a uno a torcer el cuerpo e invadir el asiento de la par para poder ver la película. También le andaban de larguito a los asientos cercanos al cuartito de proyección por el escándalo, que no dejaba escuchar la película”, describe Gómez.
Y esta curiosa anécdota de Gómez es inolvidable: “En una ocasión, lo cual era muy frecuente, se suspendió la película. Muchos creíamos que se había atrasado el mensajero que en moto jalaba los rollos de película de un cine a otro cuando era simultánea. Bueno, ya era media hora y nada que remediaban la situación. La gente empezó a chiflar y golpear las sillas.
De pronto escuchamos por los parlantes el siguiente mensaje: Estimado público presente, por un desperfecto en el proyector no podemos continuar con la película, pero para que no se queden con el clavo les decimos que el asesino es el mayordomo”.
Sin duda, el Cine Rena es un maravilloso recuerdo desampararadeño, actualmente ocupado por un almacén Gollo, en el centro de Desamparados.
Anécdotas de este cine hay montones. Cuenta el historiador Enrique Gómez Ross que al cine Rena le decían Rex Na, y de de forma irónica DOVOSAN: "Donadores Voluntarios de Sangre", debido a la cantidad de pulgas en los asientos.
“Había un asiento que todos rechazaban, porque al frente tenía un poste o columna, que lo obligaba a uno a torcer el cuerpo e invadir el asiento de la par para poder ver la película. También le andaban de larguito a los asientos cercanos al cuartito de proyección por el escándalo, que no dejaba escuchar la película”, describe Gómez.
Y esta curiosa anécdota de Gómez es inolvidable: “En una ocasión, lo cual era muy frecuente, se suspendió la película. Muchos creíamos que se había atrasado el mensajero que en moto jalaba los rollos de película de un cine a otro cuando era simultánea. Bueno, ya era media hora y nada que remediaban la situación. La gente empezó a chiflar y golpear las sillas.
De pronto escuchamos por los parlantes el siguiente mensaje: Estimado público presente, por un desperfecto en el proyector no podemos continuar con la película, pero para que no se queden con el clavo les decimos que el asesino es el mayordomo”.
Sin duda, el Cine Rena es un maravilloso recuerdo desampararadeño, actualmente ocupado por un almacén Gollo, en el centro de Desamparados.