Estamos ad portas de un proceso electoral municipal, con demasiadas cosas en juego. Es uno de esos momentos en los que más se tienen que honrar los principios del oficio periodístico; investigación, verificación, contraste y, sobre todo, honestidad. Que ningún like esté por encima de la calidad, que ningún afán de fama esté por encima del rigor.
Las redes de la desinformación se extienden con más fuerza y rapidez durante las épocas electorales y ésta, por estas características y la polarización que vive el país, será un verdadero caldo de cultivo para la mentira y el engaño. El inicio de la época electoral podría ser una confirmación de esta tendencia: las publicaciones engañosas han entrado con fuerza en escena, ciertos candidatos tratan de manipular la información para perjudicar a sus rivales o beneficiarse a sí mismos. Sólo en seis meses, la mayoría de los posts que ha verificado este blog resultó falso o cuestionable.
En este contexto, los periodistas deben ser la garantía de una información técnicamente reporteada, producida y publicada; deben representar aquello en lo que la gente puede confiar. No tiene nada de nuevo: cumplir, simplemente, con los preceptos básicos de su oficio y hacer su trabajo.
CON AFECTO, MICHAEL CHACÓN, EDITOR DE EL NOTICIOSO DE DESAMPARADOS.
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